Perdidos en el laberinto de nuestra mente buscamos una salida al exterior mientras el resto de la gente nos miran a veces con lástima, a veces con temor.Piensan "Están ausentes..." y ese es su error, no ven que necesitamos de manera urgente que nuestra tristeza alguien ahuyente, guiandonos con afecto y firmeza...
Este blog ha sido desarrollado por 3 alumnos de magisterio de la Universidad de Oviedo, durante el primer cuatrimestre del curso 2011/2012 y como parte de las tareas de la asignatura optativa Intervención didáctica en alumnos con NEE. Aunque en un principio pensabamos centrarlo en todos los Trastornos Generalizados del Desarrollo las entradas que hemos ido publicando lo han acercado más a los TEA. El blog no pretende ser una fuente exhaustiva ni mucho menos profesional de información sino simplemente el testigo de nuestra investigación personal a través de distintas fuentes en este ámbito particular de las NEE. Esperamos que pueda resultar de ayuda a cualquier que como nosotros esté interesado en el campo de la educación...

viernes, 21 de octubre de 2011

Sally and Ann Test



Baron Cohen muestra en un artículo publicado en 1985 los resultados obtenidos en un estudio realizado con tres grupos de chicos con una edad mental mínima de 4 años, uno formado por chicos con autismo, otro por chicos con síndrome de Down, y un tercero por chicos sin ningún tipo de trastorno. A cada chico se le presentaba, viñeta a viñeta, la Historia de Sally y Ann (ver imagen) A la pregunta final que se realiza al chico ¿Dónde crees que Sally va a buscar su canica?, todos los chicos sin trastorno respondían correctamente (en su cesta), la mayoría de los chicos con síndrome de Down también, y sólo unos pocos de los chicos con autismo lo hacían bien. La hipótesis de Baron Cohen en ese estudio, era que los niños con autismo tienen una especial dificultad en atribuir estados mentales a sí mismos y a los demás.

El mecanismo mental que se necesita, para superar esta prueba, es la capacidad de elaborar una Teoría acerca de lo que el otro conoce, piensa o siente, acerca de su mente. El chico que responde a la pregunta final de la prueba, para hacerlo bien, tiene que ser capaz de diferenciar su propio estado de conocimiento sobre dónde está la canica, del estado de conocimiento de Sally. Ésta no ha visto el cambio realizado por Ann, aunque él sí. Tiene que ser capaz de atribuirle a Sally una falsa creencia, diferente a la realidad que él conoce. Así pues, a la vista de los resultados obtenidos, el autor pudo confirmar en gran medida su hipótesis: el grupo de niños con autismo era significativamente inferior, en respuestas correctas, a los otros dos grupos. Con posterioridad, se realizaron numerosísimos estudios con el fin de confirmar estos resultados, y también de ver qué pasaba con los chicos que, pese a tener autismo, sí superaban esta prueba. En una prueba posterior, en la que se estudiaba la capacidad de representación de segundo grado (pensar acerca de lo que otra persona atribuye a una tercera), prácticamente todos los chicos con autismo fracasan. La prueba era la siguiente: "Un niño y una niña están jugando en una plaza. Al ver un carrito de helados, le preguntan al heladero si va a permanecer durante un tiempo en la plaza. El heladero les dice que sí y ellos se van, cada uno a su casa, a por dinero. Mientras la niña está en su casa, ve por la ventana que el heladero pasa con su carrito hacia otra plaza. Después ve a su amigo pasar por delante de su ventana, camino de la primera plaza . ¿qué crees que le dirá la niña a su amigo?". El hecho de que algunos niños con autismo superaran la primera prueba y no la segunda indica que el déficit cognitivo presente en el autismo puede experimentar grados, no es el mismo en todos los sujetos que lo padecen. Como se ha dicho ya, estos estudios contribuyeron de manera decisiva a centrar la atención acerca del plano mental en las personas con autismo.

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